14 ene 2010

The Mission Bell: El llamado a una generación

Cada nuevo disco de Delirious? me estremece, me hace reir, me hace llorar y rompe los paradigmas en los que me encuentre encerrado. The Mission Bell no es la excepción. Es una obra maestra que sintetiza a la perfección lo que Delirious? representa: el llamado a esta generación.

Delirious? evoluciona al máximo en su lírica tanto como en su música con The Mission Bell, supera sus propios límites, eleva los estándares del género góspel como seis niveles, su calidad y valores artísticos no están fabricados bajo los mismos parámetros que normalmente proponía la industria góspel.

Martin Smith y Stu G produjeron ad libitum esta maravilla. Hay en este disco un ánimo claro de alcanzar la profesionalización definitiva, que se traduce en el cumplimiento de la misión: brillar para Dios. El resultado es una genialidad: simplemente pongan el track uno, “Stronger”, un sonido británico y una ingeniería de audio impecable. (De hecho, como detalle, pueden ver en la imagen de las páginas al interior del disco a Martin Smith tomando te, como buen inglés).

El disco no tiene desperdicio, es redondo, integral, tiene organicidad, profundidad y valor artístico. La batería de Stew, los solos de Stu G, la potencia in crescendo en Miracle Maker, el tino insuperable del orden de las canciones, la magia que provee la voz de Martin… el resultado es elegante, emocionante y espectacular. Para deleitar a Dios mismo.

Hace miles de años el salmista David escribió una canción que evoca a la majestad de Dios, el Salmo 93. Cada vez que Martin Smith canta “Our God Reigns” me evoca a esas líneas; escucharlas me conmueve, me sacude, me arranca las lágrimas; siento cómo me empuja el estomago de afuera hacia adentro ante cada una de las palabras. “Forever Your Kingdom Reigns”, el Reino de Dios, donde es Él quien manda, aunque nosotros nos empeñemos en crear el nuestro, donde reinemos, donde nuestro bienestar no esté en juego, un reino de comodidad, The kingdom of comfort basado en cosas materiales, tangibles, que no choquen contra nuestra naturaleza humana. La Palabra de Dios a través de Delirious? me hace recordar que es Él quien reina, me pone de rodillas y me inspira a bajar el cielo a la tierra.

Escucharlos en vivo es una experiencia única. Una joya escénica y auditiva gracias al sonido en vivo de Matt Butcher. Los conciertos de Delirious? no son una colección de hits, pueden reelaborar sus canciones a media canción, pegarlas, regresar sobre la construcción original, y luego inventar ahí mismo, sobre el escenario, una nueva melodía (de hecho así nacieron varias de sus composiciones). Es entonces cuando la música se convierte en un vehículo, no en un fin, ya que el fin es inmutable: levantar en alto el nombre de Dios, con nuestras voces y nuestras vidas: “My life’s a show on God’s TV / The world an audience watching me” se escucha en “All this time” parafraseando al profeta Isaías: “tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma1”.

Delirious? es una máquina perfecta de genialidad técnica a la que sus integrantes le inyectan toneladas de corazón, siempre están al tope de sus enormes talentos. Martin Smith. Gravedad pura. Carisma. Peso escénico. El que al cantar Solid Rock nos muestra la línea que separa a los maestros de los alumnos. El eje está en la pasión. Stew Smith lo sabe, el “tempo” es todo, son compases de reloj, con exactitud de metrónomo bien calibrado, que generan el ambiente que la hace parecer conectada con el universo, es una pieza de relojería en concordancia con la armonía matemática, por eso envuelve y transporta a la presencia de Dios. John Tatcher también lo sabe y la interpreta con pasión e inteligencia. El arma secreta la provee Stu G, lo escuché en el Auditorio Nacional tocando un jam al final de Investigate que resumió los 16 años de la música de Delirious?, las seis cuerdas de su guitarra se convierten en un vehículo en el que la Palabra de Dios se mete por los oídos, entra en las venas, atraviesa por el cerebro y termina penetrando el alma.

Dios tomó a esta banda de Littlehampton, al sur del Reino Unido, y como al profeta Isaías2, puso a Delirious? como espada aguda (¡Cutting Edge!), los cubrió con la sombra de su mano, los puso por saeta, los hizo la banda góspel más influyente de todos los tiempos, pero ahora los guardará en su aljaba. Al momento de escribir esto quedan pocos días para su separación, sin embargo su legado continuará en nuestra generación.

Gracias, Dios, por dejarnos apreciar la grandeza de Delirious?, porque a través de ellos recordamos una y otra vez que tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma, y que ahora es el tiempo de brillar, pues la Campana de la Misión ha sonado.


1 Isa 26:8
2 Isa 49:2

Review©2009 Daniel Ramirez

Delirious? la guia completa